UN TRISTE ACCIDENTE
El triste sollozo de un amargo llanto
despertó de aletargado sueño,
a mi cuerpo que en profundo sueño yacía.
Abrí mis ojos lentamente, esperando
que se acostumbrasen a la luz,
mas solo logre vislumbrar la tenue luz de una vela
que lúgubre se mecía con la suave brisa
que se colaba entre la ventana que daba al jardín.
Trate de levantar mi cuerpo débil y demacrado,
de aquel duro y frio camastro en que me encontraba
hilvanando sueños de hermosos colores
y dulces amores, que me dolían en el alma
sin saber por que, me lastimaba esa calma.
Un desgarrador sollozo retumbo en mis adentros
y presurosa levante mis ojos
al fin logre ver, el rostro de mi madre
que envuelta en triste llanto, se abrazaba
de un cuerpo inerte y frio, mientras gritaba
¡No, no! ¡Por qué Dios mío!
Estire mis brazos para abrazarle,
mas mis manos rígidas no lograron alcanzarle
quise hablarle, mas de mi garganta no salió sonido alguno,
de pronto aquellas imágenes se agolparon en mi mente
un rio de sangre fluía de mi cuello
con mis manos trate de detenerlo, pero era imposible
mi corazón se estaba deteniendo.
Cerré mis ojos y mire a mi madre
que me abrazaba amorosamente como cuando niña
me deje en sus brazos y para siempre me quede dormida.
Ahora comprendí, el porque del frio de mi carne
el cuerpo aquel, inerte que abrazaba mi dulce madre
era el mío, que yacía en una manta blanca
que con mi tez se confundía.
En cruel accidente perdí la vida
gracias a un hombre que se quedo dormido
cuando al volante iba.
